Solemos a escuchar a menudo que los préstamos online son caros. Si bien es cierto que de entrada el servicio puede que no parezca especialmente barato, en realidad tampoco es tan prohibitivo como suele pensarse. Veamos por qué.
¿Por qué se suele pensar que los préstamos online son caros?
Imagina que vas cada día al trabajo en coche porque no te queda otro remedio. Pero los coches tienen la mala costumbre de averiarse a menudo. Y lo peor es que cualquier arreglo en un vehículo suele ser una ruina en términos económicos. La cosa se agrava todavía más si el incidente te pilla a mediados de mes y no tienes dinero para pagar la reparación. Quedarte sin coche dos semanas no es una opción, porque lo necesitas para ir al trabajo... ¿Qué haces?
Obviamente, hay varias opciones a tu alcance. Pero si no tienes una persona a la que recurrir en busca de ayuda, seguramente te toque ir al banco. ¿El problema? Pues que la entidad te va marear con condiciones enrevesadas, papeleos interminables y diversas complicaciones.
Justo en el otro lado de la balanza están los microcréditos, conocidos popularmente como mini préstamos online. Este tipo de financiación online permite que cualquier persona pueda conseguir pequeños préstamos de dinero al instante. Incluso aquellas a las que los bancos han rechazado.
Volvamos a nuestro ejemplo. Pongamos que necesitas 200 euros para reparar tu coche que podrás devolver en tres semanas una vez hayas cobrado. Gracias a los microcréditos de Azlo, por menos de 35 euros podrás conseguir el dinero en menos de 15 minutos y así resolver el problema al instante. De esta forma, podrás pagar el coste de la reparación sin dilación y seguir utilizando tu coche para ir al trabajo.
¿Es caro el préstamo? Pues depende de la perspectiva. Seguramente, tras un montón de gestiones, nuestro banco nos podría prestar 200 euros con menos intereses (si es que la entidad está dispuesta a tramitar un préstamo tan bajo). Pero no nos va a dar el dinero en el mismo día. Si tuvieras que coger un taxi para ir al trabajo, seguramente te saldría mucho más caro que el préstamo. Y todavía más si te acaban despidiendo por no poder llegar hasta tu lugar de trabajo.
Entonces...
No, los préstamos online no son tan caros como solemos pensar. Este tipo de financiación es rápida, accesible, versátil y cómoda. Además, sus requisitos son tan sencillos que prácticamente cualquier persona los cumple. Sin embargo, la inmediatez del servicio tiene un coste que se traduce en unos intereses que suelen considerarse altos.
Piénsalo de la siguiente manera. ¿Te alojarías en un hotel durante un año o irías a todas partes en coche? Seguramente no, porque supone un derroche considerable. Con los microcréditos ocurre lo mismo. Al igual que un hotel o un taxi, los préstamos rápidos online están pensados para un uso concreto y muy determinado.
En el caso de los microcréditos, se han diseñado para un gasto puntual, limitado y urgente que no puede esperar. Si haces un mal uso de esta financiación es cuando realmente sale cara. Pero ocurre lo mismo con cualquier otro producto o servicio.
En conclusión, siempre que utilices correctamente los préstamos online no podrás decir que son caros. Y menos cuando te ayudan a solucionar problemas urgentes de manera sencilla en menos de 15 minutos.