A nadie le gusta pedir dinero prestado. Pero, claro, muchas veces no nos queda otra opción. Todos necesitamos ayuda de vez en cuando y, para bien o para mal, la mayoría de los problemas se resuelven con dinero. Por lo tanto, no, pedir un microcrédito no es una derrota y te explicamos por qué.
Por qué pedir un microcrédito no es ninguna una derrota
La vida es impredecible. Un día puedes estar en la cima del mundo y, un tiempo después, caer hasta el fondo del pozo. Son numerosos los casos de famosos y celebridades que, tras ganar cifras millonarias, han acabado completamente arruinados.
Sin embargo, todos nos merecemos una segunda oportunidad. De hecho, hasta la propia justicia nos la garantiza a través de la ley de segunda oportunidad.
Una mala gestión de las finanzas, un problema económico, un imprevisto, un despido, una factura especialmente cara... nada de eso debería ser el fin del mundo. Si un problema tiene solución y la solución es pedir dinero, ¿por qué pedir un microcrédito debería ser una derrota? Y, yendo un paso más allá, si pedir una hipoteca está socialmente aceptado, ¿por qué dicen que los microcréditos son malos?
Es más, el mes pasado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomendó dejar en la cuenta bancaria una cantidad correspondiente a tres meses de sueldo en el banco para evitar que la inflación se coma los ahorros. Siguiendo las indicaciones de la OCU, el resto debería destinarse a productos de ahorro para poner el dinero a trabajar y obtener una rentabilidad a cambio. El consejo es muy bueno. Pero si una persona que cobra el salario mínimo deja tan solo unos 3.000 euros en el banco y sufre algún imprevisto grave, posiblemente tendrá que recurrir a la financiación para salir del atolladero. Y eso no es malo de por sí, ya que se trata de una solución más a su alcance.
Una solución para un problema... y una oportunidad
Pero los préstamos online rápidos no solo están para solucionar problemas o para tapar agujeros que no pueden esperar. Este tipo de financiación también se ha creado para otros fines. Entre otras cosas, los micropréstamos sirven para aprovechar ofertas exclusivas, hacer una pequeña escapada, concederte un pequeño capricho o, simplemente, darte un respiro económico.
Ilustremos esto con dos ejemplos. Imagina que todos tus amigos se van a una casa rural este fin de semana, pero tú no cobras hasta la semana que viene. ¿Te vas a perder el viaje por 100 euros? Pidiendo un préstamo online en Azlo de 100 euros a devolver en 14 días, el fin de semana te costará menos de 20 euros extra.
Otro caso es el de las rebajas. Supón que tu tienda favorita hace un descuento limitado del 50% en un producto de 500 euros que llevas queriendo comprar mucho tiempo. Si pides un micropréstamo de 250 euros ahora para devolver en dos semanas, la compra completa te saldrá por menos de 300 euros, lo que sigue aportando un ahorro importante frente al precio original.
En menos palabras, pedir un microcrédito no es una derrota. Lo que es una derrota es no pedir ayuda cuando la necesitas. Y en Azlo estamos siempre disponibles para ti para echarte una mano en esos momentos de necesidad.