Los expertos medioambientales llevan años advirtiéndonos de que es necesario cambiar los procesos de producción alimentaria, que tantos daños están causando en los ecosistemas. La constitución de una industria alimentaria segura, sostenible y saludable es fundamental para intentar poner algún tipo de freno al cambio climático que se nos viene encima. Entre otras propuestas, los científicos ya trabajan en alimentos producidos en laboratorios. ¿Pero sabías que ya se ha empezado a cultivar pescado en el espacio?
Pescado cultivado en el espacio: el futuro de la alimentación
¿Te comerías un plato de jugoso atún rojo a la parrilla si supieras que ha sido cultivado en el espacio? Puede que parezca una solución extrema, pero hace poco la startup estadounidense de biotecnología y alimentación Finless Foods envió células madre de atún rojo a la Estación Espacial Internacional para que los astronautas realicen experimentos sobre el cultivo de alimentos. La finalidad de esta compañía es "reinventar los productos del mar a través de innovaciones culinarias" para garantizar la salud de los océanos.
Si la misión tiene éxito, podría considerarse un avance sin precedentes. Los pescados y los mariscos son la principal fuente de proteínas de la mitad de la población mundial, algo que nuestros sobreexplotados mares no podrán seguir soportando en el futuro.
Pescado producido en laboratorio, el pescado del futuro
Al mismo tiempo, este avance podría revolucionar la industria pesquera al ofrecer alternativas a los productos existentes en el mercado sin efectos en el medioambiente. Además, esto también permitiría producir carne de pescado fresca, sana y libre de mercurio, una de las principales preocupaciones de la industria pesquera. Según Finless Foods, "beneficiarnos de forma sostenible de todas las ventajas de esta inmensa fuente nutricional sin arruinar uno de los ecosistemas más importantes de la Tierra" es posible.
Y aunque el objetivo principal de la empresa es distribuir su producto en el planeta, este logro podría traspasar nuestras fronteras espaciales. Enviar cualquier cosa al espacio exterior es muy caro, por razones obvias. Pero si de alguna manera los astronautas pudieran producir y cosechar fácilmente su propia comida a partir de un paquete de células de peces cultivadas en laboratorio, la futura colonización de Marte podría convertirse en una realidad. Y ya tendríamos otro planeta para cargarnos.