Durante la cuarentena del coronavirus, la mayoría de la gente ha tenido mucho tiempo libre. Mientras algunos se han dedicado a hacer torres inmensas de papel higiénico o verse entero el catálogo de Netflix, otros han empleado estos ratos para cometer nuevos delitos digitales. Y es que los cibercriminales no han estado ociosos. La COVID-19, la desinformación y el confinamiento ha tenido un impacto directo en el aumento de los delitos digitales.
Una de sus nuevas maneras de operar consiste en hacerse pasar por un organismo oficial (la OMS ha sido uno de los titulares más recurrentes estos meses) para conseguir acceso a datos e información sensible de los usuarios. Es lo que comúnmente se conoce como phishing, y se suele realizar a través de campañas de correo electrónico maliciosas. En este caso se ha utilizado el miedo al virus y la desinformación al respecto.
Además, las empresas se han tenido que enfrentar a un reto en cuanto a ciberseguridad en una doble vía. Por un lado, muchas han tenido que desarrollar en muy poco tiempo una infraestructura de teletrabajo segura y estable para que todos sus empleados puedan trabajar en remoto. Y, por otro lado, la inminente crisis económica ha hecho que muchos negocios hayan tenido que echar el cierre permanente de sus tiendas físicas para volcar todos sus esfuerzos en los servicios que ofrecen a través de sus páginas web.
Cómo combatir el crimen digital financiero y reforzar la ciberseguridad en plena pandemia
Las recesiones económicas siempre van acompañadas de un aumento del fraude y de los delitos digitales. Por supuesto, esta no es una excepción. Durante los últimos meses, una de las prácticas más habituales de los cibercriminales ha sido utilizar empresas inactivas para ofrecer préstamos con los que hacer frente a los estragos del coronavirus o la supuesta venta de material sanitario de dudosa procedencia.
En esta situación, empresas como Quantexa ayudan a potenciar la ciberseguridad y luchar contra los delitos digitales. Esta empresa de software tiene sede en Londres y fue fundada en 2016. Su principal objetivo es utilizar el aprendizaje automático para combatir los crímenes financieros digitales. De esta forma, pueden detectar automáticamente anomalías en las transacciones financieras si no se ajustan al perfil habitual de usuario.
Quantexa tiene oficinas por todo el mundo y ha trabajado para grandes empresas y bancos, utilizando su tecnología para analizar grandes conjuntos de datos y luchar contra los ciberdelitos financieros. Además, también desarrolla sus funciones en el sector del lavado de dinero o blanqueo de capitales. Actualmente, la responsabilidad de detectar el lavado de dinero recae en los bancos. Sin embargo, los reguladores pueden imponer multas considerables, al margen del daño que provocan estas sanciones en su reputación. La ONU estima que cada año se lavan dos mil millones de dólares, pero los bancos solo logran detectar menos del 1% de esa cifra.
Cada vez más organismos oficiales, gobiernos, bancos y corporaciones recurren a servicios como el que ofrece Quantexa. El coronavirus ha supuesto una gran oportunidad para la compañía, que espera duplicarse en los próximos dos años. Sin duda, las empresas de software contra el blanqueo de capitales y los delitos digitales van a ser de los principales beneficiados de la pandemia.