El próximo domingo volvemos a cambiar de hora. El 27 de marzo los relojes se adelantarán una hora. A las 2 de la madrugada serán las 3 y adoptaremos el horario de verano hasta el 30 de octubre. Aunque Europa aprobó en 2019 poner fin a esta costumbre que hoy en día ya no tiene mucho sentido, llegó la pandemia del coronavirus (y luego una guerra) y la iniciativa ha caído en el olvido. Mientras tanto, tendremos que seguir aguantando los efectos de esta tradición. Veamos cómo afecta el cambio de hora a los trabajadores.
El cambio de hora y los trabajadores: Una relación complicada
En origen, el cambio de hora supuestamente servía para aprovechar las horas de luz solar y ahorrar energía. Hoy en día, esta medida tiene poco sentido, siendo mínimo el ahorro energético.
Es más, la práctica tiene efectos negativos en la salud, como irregularidades en los horarios de sueño, del apetito y en el reloj biológico. Todo esto se traduce en unos cuantos días de insomnio, fatiga, dificultad para concentrarse, así como irritabilidad, cansancio e incluso desorientación. Aunque también es cierto que no todo el mundo experimenta estos problemas.
Es decir, que el cambio de hora (tanto el de verano como el de invierno) altera nuestras rutinas diarias y provoca alteraciones del comportamiento. Obviamente, cualquiera puede padecer estas molestias, pero los desajustes son especialmente preocupantes en los trabajadores. Así, durante algunos días, los trabajadores sufren los efectos del cambio de hora de la siguiente forma:
- Peor rendimiento físico e intelectual debido a la sensación de cansancio y a las dificultades para prestar atención.
- Cambios en el estado de ánimo y del humor.
- Alteraciones del sueño y menor descanso, lo que puede limitar la capacidad de reacción y provocar accidentes.
5 trucos para evitar los efectos del cambio de hora
El cambio de hora es un tostón y nos puede afectar negativamente. Sin embargo, podemos aplicar algunas pautas para que adaptarnos al nuevo horario no sea tan traumático y no afecte demasiado a nuestro trabajo. Algunas de ellas son:
- Adaptar previamente y poco a poco nuestros horarios.
- Evitar compensar las horas de sueño perdidas con siestas.
- Hacer ejercicio físico.
- Preparar cenas ligeras y evitar el consumo de bebidas estimulantes en las últimas horas del día.
- Dedicar las últimas horas del día a realizar actividades que resulten relajantes.
Y tú, ¿qué horario prefieres? ¿A ti también te afecta el cambio de hora? ¡Cuéntanoslo en nuestras redes sociales!