Mientras los políticos ponen sobre la mesa el debate sobre la jornada laboral de cuatro días, hay quien ya habla de la jornada laboral de siete días. No, no significa que tengamos que trabajar los siete días de la semana, sino que se propone un modelo completamente flexible para el trabajador.
La jornada laboral de siete días
¿Te imaginas poder hacer todas tus horas de trabajo de la semana en tres o cuatro días? ¿O repartirlas a lo largo de seis o siete días? Pues eso es justo lo que nos propone la jornada laboral de siete días.
Este modelo de empleo ofrece una flexibilidad total al trabajador, permitiendo que cada uno elija los días que quiere trabajar. De esta forma, el trabajador puede realizar su actividad los domingos y librar los lunes, si así lo prefiere.
La idea es hacer las 40 horas de trabajo a lo largo de la semana como el empleado desee, ya sea en tres días, cuatro, cinco o seis y medio. No obstante, las empresas tienen que fijar algunas franjas de disponibilidad general para facilitar el trabajo en equipo y poder realizar reuniones, ya sea de forma telemática o presencial.
Al final, se trata de que cada trabajador se autogestione y se reparta las horas de trabajo como más le convenga. No obstante, la empresa debe contar con programas digitales para monitorizar el tiempo efectivo de trabajo y el rendimiento.
Ventajas y desventajas
Con el auge del teletrabajo, cada vez más empresas pueden acogerse a esta propuesta. Y está funcionando muy bien en Reino Unido, donde varias compañías han optado por ofrecer a sus empleados la jornada laboral de siete días.
Esta flexibilidad no solo aumenta la productividad y el bienestar de los trabajadores, sino que también facilita la conciliación y tener una vida más allá de la oficina. Además, con este modelo no se reduce el salario de los empleados, como sucede con la jornada laboral de cuatro días. Y tampoco no supone ningún coste extra para las empresas ni el pago de ayudas públicas, como sucederá con el proyecto piloto de la jornada de cuatro días laborables.
Pero este sistema también tiene sus desventajas. El más obvio es que este modelo de trabajo supone trabas al derecho de desconexión digital de los empleados.
Y tú, ¿qué tipo de jornada laboral prefieres? ¡Cuéntanoslo en nuestras redes sociales!