Hasta hace solo unos meses, el porcentaje de gente que trabajaba a distancia era marginal. La crisis del coronavirus ha hecho que se acelere un proceso que puede resultar muy beneficioso en términos económicos y medioambientales. Sin embargo, la tradición de presencialidad en las empresas españolas hace que esta modalidad de trabajo peligre. Por lo tanto, nos preguntamos qué pasará con el teletrabajo en los próximos años y cuál es el futuro del trabajo a distancia.
¿Cuál es el futuro del teletrabajo?
El coronavirus ha puesto nuestras vidas patas arriba en solo unos meses. La pandemia lo ha cambiado todo, incluyendo nuestra manera de trabajar. Todos los que podían trabajar a distancia han trasladado su oficina a sus hogares y se han pasado al teletrabajo, algo que era bastante raro hasta marzo de 2020.
Las consecuencias han sido varias. Además de suponer un ahorro para el bolsillo de la mayoría de los trabajadores, también se redujo la contaminación. De hecho, las emisiones de CO2 cayeron un 30% durante el confinamiento por la COVID-19, sobre todo por el transporte. Además, mucha gente ha decidido hacer las maletas y fijar su residencia habitual en uno de los pueblos de la España vaciada, produciéndose un curioso éxodo del revés, de las ciudades al campo.
Sin embargo, la cultura laboral en España es muy presencialista y la flamante ley del teletrabajo promete poner alguna que otra traba a los empresarios. De esta manera, lo más probable es que el teletrabajo tenga fecha de caducidad en los próximos años. ¿O no?
El teletrabajo en los próximos años
Muchas empresas tecnológicas han anunciado cambios permanentes, trasladando las oficinas tradicionales a lugares de trabajo virtuales. El primero en soltar la bomba fue Twitter, cuyos empleados podrán trabajar en remoto de forma permanente cuando "termine todo esto". Solo dos días después, Facebook declaró que la mitad de su plantilla va a teletrabajar durante la próxima década.
Un poco más tarde, otras empresas tecnológicas, como Microsoft, Shopify o Dropbox se sumaron a esta nueva forma de trabajar en pijama amenizada con horas y horas de videollamadas. La transición se ha acelerado por la pandemia, pero hay quien señala que cada vez más empresas van a recurrir a los trabajadores en remoto.
Las ventajas son obvias. De esta forma, una empresa puede contratar a los mejores talentos de todo el mundo mientras se ahorra el alquiler de carísimas oficinas en el centro de las grandes ciudades. Además, los empleados ganan libertad, flexibilidad de horarios, autonomía y la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar.
No obstante, algunas empresas se han visto obligadas a aplicar recortes salariales a sus empleados en remoto. Y no es el único inconveniente. Separar el trabajo de la vida privada, un acceso más complicado a los mentores, menor posibilidad de hacer contactos y la dificultad de pedir ayuda a los colegas (especialmente cuando los separan 400 kilómetros) son otros problemas añadidos. Además, la nueva ley del teletrabajo deriva montones de gastos a los empresarios, lo que tal vez desaliente algunos proyectos de trabajo a distancia.
No obstante, no todas las empresas se han unido a este cambio. Uno de los casos más sonados es Netflix, que ya ha anunciado que sus empleados volverán a sus escritorios abarrotados, a la calefacción a temperatura infernal y al café malo "12 horas después de que se apruebe una vacuna". Palabras textuales de Reed Hastings, el director ejecutivo de Netflix, en una entrevista con The Wall Street Journal. Seguramente sus empleados se hayan tomado regular el anuncio de la futurible vacuna de Pfizer.