El tema de las pensiones y los sueldos es peliagudo. No solo porque las pensiones del futuro están en el aire, sino porque los nuevos jubilados van a recibir un ingreso superior al del salario más habitual. La brecha entre pensionistas y trabajadores está a punto de aumentar y la inflación se postula como una de las principales causas (aunque no la única).
¿Cuál es el problema de los sueldos actuales y las nuevas pensiones?
En palabras llanas y sencillas, podemos decir que los trabajadores llenan las arcas de la Seguridad Social para financiar diferentes partidas y garantizarse una pensión de jubilación. En concreto, una pensión contributiva. O, al menos, ha sido así desde la creación de la hucha de las pensiones... una hucha cuyos recursos se están agotando a velocidad de vértigo.
Y encima ahora contamos con el problema añadido de la inflación. Todos los días escuchamos que los sueldos no suben al mismo ritmo que la inflación, pero la diferencia es que las pensiones disponen de una ley que garantiza su incremento. Por lo tanto, los españoles están perdiendo poder adquisitivo, pero no todos por igual.
Según los analistas de Funcas, se espera una inflación aproximada del 8%. Esto podría producir una brecha entre el salario más frecuente en España y las nuevas jubilaciones del régimen general (el más numeroso) del 13%. Veamos por qué.
Calculadora en mano
Pongamos cifras más concretas a esta estimación. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2020, el sueldo más común en España es de 18.480 euros. Si comprobamos la última nómina de gasto en pensiones publicada por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, las nuevas pensiones alcanzan una media de 1.404 euros mensuales. Si se multiplica por 14 pagas al año, obtenemos 19.656 euros.
Pero también hay que tener en cuenta la indexación de las pensiones a un IPC medio anual del 8% estimado. Es decir, que la renta mensual de los nuevos jubilados superará los 1.500 euros (antes de impuestos), lo que supondría una pensión de 21.228 euros anuales tras la revalorización.
Esto significa que los nuevos jubilados del régimen general cobrarían un 13% más con respecto al salario más frecuente en España, esto es, unos 240 euros más. Ahora bien, la brecha actual está en torno al 12%.