Hoy es 22 de septiembre, el Día Europeo sin Coche, una jornada para concienciar acerca del uso responsable de los vehículos y promover alternativas ecológicas. El futuro promete avances revolucionarios en cuanto a coches eléctricos y autónomos con prestaciones disruptivas que pretenden cambiar nuestras vidas y aportar una movilidad más sostenible. Pero, más a corto plazo, todos los coches nuevos tendrán que llevar incorporadas tecnologías ADAS para reforzar la seguridad al volante. ¿Pero qué son los ADAS y cómo nos van a ayudar a conducir mejor?
Tecnologías nuevas para coches nuevos
Los avances tecnológicos siempre han jugado un importante papel en las nuevas generaciones de automóviles, ayudando a simplificar y mejorar la experiencia de conducción. Al mismo tiempo, aportan alternativas más sostenibles, como el coche eléctrico. Pero también son fundamentales para potenciar la seguridad de los vehículos a motor.
De hecho, la Unión Europea anunció el pasado 6 de julio que a partir de 2024 todos los coches nuevos tendrán que llevar incorporadas las tecnologías ADAS. Es decir, Sistemas Avanzados de Asistencia al Conductor (Advanced Driver Assistance Systems en inglés). ¿Pero qué son los ADAS y qué ventajas aportan para los conductores?
Cómo cambiarán los ADAS nuestra forma de conducir
Los ADAS incluyen diferentes tecnologías para que la conducción sea más segura. Entre ellos, destacan especialmente los sistemas de detección de fatiga y sueño, un avance que ayudará a reducir considerablemente los accidentes. La idea es que el propio coche detecte si el conductor está cansado para enviar un aviso que alerta de que no está en condiciones de conducir.
Para ello, alrededor de 14 fabricantes están optando por instalar cámaras de la compañía Affectiva dentro de los coches. Se trata de cámaras equipadas con tecnología de inteligencia artificial que son capaces de identificar los estados cognitivos y emocionales del conductor a través del análisis de su cara, su voz o sus gestos.
Lo más inquietante de estas cámaras es que funcionan incluso aunque el rostro esté parcialmente tapado con gafas de sol, mascarillas u otros complementos y también examinan la información del resto de pasajeros. Se trata de un giro de volante sorprendente, ya que la Unión Europea siempre se ha mostrado en contra de la identificación biométrica en espacios públicos.
No obstante, sus pretensiones apoyan en un vacío legal. En teoría, no se recopilan ni se conservan los datos personales y la información no sale del vehículo. Habrá que esperar a 2024 para comprobar si realmente se respeta la privacidad de los conductores, un año en el que se prevé que el abastecimiento de chips semiconductores se haya estabilizado. Y es que ahora mismo su escasez está provocando que muchos conductores tengan que esperar casi un año para tener un coche nuevo.