El diésel ha sido tradicionalmente más barato que la gasolina por la diferencia de impuestos aplicables a cada carburante. Era una de las principales razones que llevaban a muchos consumidores a comprar coches diésel (aparte de que generalmente consumen menos). Sin embargo, estos últimos meses poco a poco se han cambiado las tornas. ¿Por qué?
Gasolina versus diésel: La guerra de los combustibles
El precio de los combustibles ha sido uno de los temas del verano. A medida que la guerra entre Rusia y Ucrania se recrudecía e iba pasando a un segundo plano en los informativos, los conductores miraban cada vez con más preocupación las cifras los monolitos de las estaciones de servicio.
Las herramientas y apps para buscar las gasolineras más baratas se han convertido estos meses en nuestras mejores amigas. Además, el Gobierno incluyó un descuento temporal de 20 céntimos por cada litro de combustible entre las ayudas de la prórroga del plan anticrisis.
Ahora, tras varios meses de preocupantes subidas, los conductores de vehículos de gasolina por fin han podido disfrutar de un ligero respiro. Pero este alivio no ha alcanzado a los propietarios de los coches diésel, que siguen teniendo que pagar el combustible a precios disparatados.
La razón detrás del encarecimiento de ambos carburantes está en la subida de su principal materia prima, el petróleo. ¿Pero por qué ahora la gasolina ha bajado un poco y el diésel sigue subiendo?
El diésel como rehén de Putin
Aunque Europa exporta gasolina, necesita mucho más diésel del que puede producir. Más de un tercio de ese combustible sigue llegando hoy desde Rusia. Pero la situación tiene los días contados, ya que la Unión Europea va a vetar las llegadas de productos petroleros rusos en febrero. Ya sabemos lo que sigue: precios al alza.
Y eso no es todo, porque la escasez provocada por la guerra se suma el cierre acelerado de refinerías en los últimos años por cuestiones de rentabilidad. Por supuesto, muchas de ellas se dedicaban a la producción de diésel.
¿Pero cómo sustituir el suministro ruso cuando entre en vigor el embargo? No hay muchas más soluciones que aumentar la producción propia e importar más barriles de otros países, como Estados Unidos, India o Arabia Saudí.
Otras razones que explican la diferencia de precios entre la gasolina y el diésel es el encarecimiento del gas natural y un parque automovilístico europeo en el que siguen predominando los coches diésel. De hecho, en España los vehículos diésel son casi un 55% del total, lo que explica que aquí los precios hayan subido más rápido que en otros países de la Unión Europea.
Además, hay que tener en cuenta que el transporte de mercancías por carretera utiliza en gran medida el diésel. Por lo tanto, se encarecen los costes y los precios finales, lo que implica que sube la inflación.
Y el problema puede ser aún peor. Hace unos días, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) alertó de que el riesgo de que el déficit de diésel podría agravarse en 2023.
No obstante, hay una luz al final del túnel. Sacar a Rusia de la ecuación supone dejar más espacio en el mercado para las nuevas refinerías que se han construido en países como Nigeria, Kuwait o México. Asimismo, la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES) ha solicitado varias veces al Gobierno una rebaja temporal del IVA que grava los carburantes del 21% al 10%, al igual que se ha hecho con la electricidad y el gas. Esta medida supondría un ahorro de unos 12 euros por depósito.